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El éxito del “Tambo Robotizado” que transforma la Lechería Argentina

El logro del convenio INTA-DeLaval cumple 10 años con más de 400 instalaciones en el país. Este sistema no solo dispara la eficiencia productiva, sino que pone al bienestar animal y la sostenibilidad ambiental en el centro del negocio lácteo.


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La innovación que pone a la vaca en primer lugar

El tambo robotizado no es simplemente una máquina de ordeñe; es un sistema de producción inteligente que cambia radicalmente la dinámica del establecimiento. Su premisa fundamental es simple pero poderosa: la vaca se ordeña a su propio ritmo, cuando ella lo desea.

Este sistema, impulsado por el know-how del INTA y la tecnología de DeLaval (fruto de una década de convenio público-privado), utiliza robots que interactúan directamente con los animales. Las vacas son guiadas voluntariamente, gracias a puertas inteligentes, hacia el área de ordeño o zonas específicas. ¿La clave? Aprenden rápidamente el recorrido porque asocian el robot con el confort y la alimentación.

Prestaciones del Robot: bienestar y control absoluto

La tecnología está diseñada para maximizar el bienestar animal y, de paso, la productividad: permite que las vacas cumplan su ciclo de ordeñe de forma autónoma, lo que reduce el estrés, mejora su salud y optimiza la producción de leche; el sistema rastrea continuamente la salud de cada animal, monitorea la calidad de la leche, parámetros sanitarios y reproductivos, alertando al productor sobre cualquier anomalía antes de que se convierta en un problema grave; optimiza las condiciones de alimentación, asegurando que cada vaca reciba la dieta precisa según su etapa productiva.

Argentina ya cuenta con más de 400 tambos robotizados operativos, evidenciando una rápida adopción. Hoy, más del 15% de los tambos del país han incorporado total o parcialmente estas tecnologías de punta.

Sostenibilidad: el “doble salto” de calidad

La incorporación del robot es la puerta de entrada a la sostenibilidad ambiental y la eficiencia en el uso de recursos. El sistema de producción ofrece un caudal de información mensual esencial para una gestión verdaderamente sostenible:

Parámetros productivos y de calidad: los informes detallados cubren la calidad de la leche, el rendimiento por animal y la dieta consumida.

Indicadores ambientales: la tecnología permite al productor medir y optimizar el uso de agua y electricidad, lo que se traduce en costos más bajos y menor impacto.

Valoración del residuo: el sistema fomenta la generación y uso agronómico de biofertilizantes a partir de los desechos, cerrando el ciclo productivo y reduciendo la dependencia de fertilizantes externos.

El tambo robotizado desarrollado en conjunto por el INTA demuestra que la innovación tecnológica no solo es una cuestión de productividad, sino una inversión estratégica con un claro horizonte: una lechería más eficiente, más amable con los animales y más responsable con el planeta.


Gentileza INTA



 
 
 

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